Bolivia recuperó y consolidó importantes conquistas sociales que habían sido arrebatadas por el gobierno de Añez. El Estado retomó su rol protagónico en la protección de los sectores más vulnerables, ampliando derechos y garantizando el acceso a servicios básicos como la salud, la educación y la seguridad social.

Luis Arce restableció programas sociales clave como el Bono Juancito Pinto, la Renta Dignidad y el Bono Juana Azurduy, fortaleciendo la redistribución de la riqueza y reduciendo los índices de pobreza. Además, amplió la cobertura del sistema único de salud, implementó políticas de empleo y apoyó con créditos a pequeños productores, madres emprendedoras y juventudes.

Es así cómo se reafirmó el compromiso del Estado con los movimientos sociales, reconociendo su protagonismo histórico y trabajando de la mano con las organizaciones para garantizar estabilidad, desarrollo y justicia social. Su gestión no solo devolvió esperanza, sino que también demostró que un gobierno con el pueblo y para el pueblo es posible.