La democracia boliviana recuperó su rumbo institucional y participativo. Se garantizó el respeto al voto, se restableció el equilibrio entre los órganos del Estado y se fortalecieron los mecanismos de representación ciudadana.

El presidente Luis Arce Catacora reafirmó su compromiso con el sistema democrático al asegurar la realización de las elecciones del próximo 17 de agosto, dejando claro que no permitirá ningún intento de obstaculizarlas.

Su gobierno promovió el diálogo como base de la gobernabilidad, consolidando acuerdos con sectores sociales, organizaciones indígenas, movimientos campesinos y actores regionales, siempre en un marco de respeto a la pluralidad política y cultural.

Bajo su liderazgo, se consolidó una democracia inclusiva, en la que el pueblo volvió a ser protagonista de las decisiones fundamentales del país. La gestión de Arce demostró que gobernar escuchando es posible y que la democracia no se impone: se construye con participación, convicción y voluntad popular.